La Fundación Mayores de Hoy ha llevado a cabo la jornada “Envejecer en Casa“, que cierra el segundo ciclo sobre Buen Trato a Mayores, “Trata como te gustaría ser tratado”. Un encuentro que se ha centrado en analizar la eficacia de los Centros de Día para facilitar que las personas puedan permaner el máximo tiempo posible en sus domicilios, y que ha contado con la colaboración de Asispa, Grupo SENDA, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid.
La presidenta de la Fundación, Matilde Pelegrí ha realizado, en el arranque de la jornada, un recorrido por lo que han sido las jornadas celebradas bajo el paradigma del #BuenTratoMayores, en los que se han abordado los aspectos diferentes bajo los que se pueden producir situaciones de maltrato hacia las personas mayores, y cómo existen herramientas para luchar contra los “edadismos y los micro-edadismos, como las nuevas tecnologías y las relaciones intergeneracionales”.
Por su parte, el gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social, AMAS, José Manuel Miranda, explicó cómo funciona este organismo autónomo dependiente de la Consejería de Familias que gestiona 129 centros de la Comunidad, entre ellos 16 Centros de Día que atienden a unas 500 personas. “Los Centros de Día desarrollan una magnífica labor con los mayores. La Comunidad ha incrementando 250 plazas en 2021, esperándose un incremento de otras 500 plazas hasta final de legislatura”. Y se está trabajando sobre el Nuevo Acuerdo Marco que esperemos entre en vigor a principios de 2023. Los Centros de Día constituyen una alternativa muy interesante al ingreso en las residencias, que “ayuda a prevenir o demorar una posible situación de dependencia, al tiempo que permite que los mayores mantengan el contacto con su entorno y su familia”. Miranda explicó, además, cuáles son los servicios que se prestan en los Centros, desde el transporte desde el domicilio del usuario, hasta la manutención, pasando por el aseo y las actividades de la vida diaria. “En cuanto a la atención geriátrica y rehabilitadora, al ingreso del usuario se le realiza un estudio personalizado para dar respuesta a sus necesidades concretas”, explicó. Por todo lo expuesto, los Centros de Día son un “recurso por el que la Comunidad de Madrid apuesta con claridad para facilitar el bienestar de los mayores”.
En esta jornada la Directora de Centros de Día de Asispa, Ana Cruz, explicó cuál es la experiencia del grupo con Centros de Día, reconociendo que su labor es muy importante para todos los usuarios. “Todos queremos envejecer en casa, pero eso solo es posible con los recursos necesarios, como son los Centros de Día, donde se realizan actividades que les ayudan a mejorar no sólo físicamente, también socialmente”, explicó Cruz. Además, señaló que cuando un usuario llega al centro, “si llega con un sentimiento de soledad, este desaparece”. Durante la pandemia, Asispa ha realizado un estudio para ver cómo ha afectado el cierre de los Centros de Día a los usuarios, concluyendo que “el confinamiento multiplicó la soledad y demostró que los centros son pilares en su vida”.

La directora del Centro de Día Vírgen de África, María Jesús Bueno, explicó el Modelo Centrado en la Persona, que es “la guía de nuestro trabajo, gracias a que es el usuario o sus familiares quienes deciden las actividades a realizar”. El objetivo general es promover que la persona permanezca el mayor tiempo posible en sus casas, “con las ayudas necesarias”. Bueno afirmó que el objetivo general que persiguen es “prevenir la dependencia, favorecer las relaciones interpersonales, fomentar la participación social, proporcionar descanso a las familias y apoyar a las personas en sus proyectos de vida”. Con los diferentes profesionales se intenta cubrir todas las esferas de las personas y “que disfruten del envejecimiento activo y participativo”.
La terapeuta ocupacional del Centro de Día Vírgen de África de Asipa (Madrid), Rowilyn Camacam, argumentó que el plan rehabilitador de la persona es llevado a cabo por diferentes profesionales, propuestos “para conseguir que la persona pueda ser lo más autónoma posible en el desarrollo de las actividades de la vida diaria, tenga una buena calidad de vida, y potenciar su bienestar emocional”. Se trata de terapias cognitivas, terapia físico-funcional, terapia psico-afectiva, y “actividades significativas que se eligen en consenso con los usuarios, como el taller “El mundo es tuyo” que consiste en viajar a diferentes ciudades y visitar sus sitios más emblemáticos, conocer su cultura y hasta degustar alguno de sus platos típicos. “Esta actividad se desarrolla partiendo de una comisión con los usuarios para elegir la ciudad que se quiere visitar, y con la ayuda de las nuevas tecnologías, visitamos virtualmente esa ciudad, sus calles, sus monumentos”. Una de las usuarias del centro, Antonia González, recordó que durante la visita a Roma “nos llovió pero lo pasamos muy bien”, y con un gran sentido del humor, reconoció que “llegamos todos muy relajados del viaje”. La usuaria aseguró que se siente “renacida, con una gran ilusión, al venir al centro”.
Otra de las actividades significativas son las “actividades intergeneracionales” gracias a las que reciben alumnos de centros escolares para acompañar a los usuarios. Camacam ha explicado que, debido a las limitaciones de la pandemia, “tuvimos que buscar alternativas para no romper el contacto que ya se había establecido y diseñamos “Amigos por correspondencia“, una actividad basada en un intercambio de cartas entre los usuarios del Centro de Día y los alumnos del colegio colaborador. Otra de las usuarias, Paquita, recuerda que sintió “mucha alegría recibir las cartas de dos niñas de 13 y 14 años, contándome su experiencia y nos hicimos amigas”. También confirmó que está “cada día más contenta de venir al centro, porque somos como una gran familia. Además antes yo había días que no salía nada de casa, y desde que vengo estoy más contenta. Me ha subido la autoestima, creía que ya no valía para nada, y aquí estoy feliz”.
Para los profesionales “la familia también es esencial”. Celia, cuidadora principal de otra de las usuarias (Nieves), que recuerda que el primer día que volvió del centro “la vimos muy contenta, y hemos visto muchos avances en materia de comunicación, en su autonomía, está más alegre, está más activa mental y físicamente”.
La Directora General de Asispa, Elena Sampedro, reafirmó que las actividades que se programan y se llevan a cabo en un Centro de Día, no solo contribuyen a su mejora física y psíquica, sino que también previenen futuros problemas de salud, e incluso futuras situaciones de dependencia. Ha agradecido estas jornadas porque así se puede “visibilizar el trabajo que se realiza en los Centros de Día, confirmando que envejecer en casa es posible”.
Para terminar, el Director General de Mayores del Ayuntamiento de Madrid, Juan Carlos Pérez, fue el encargado de clausurar la jornada. Recalcó “la grandeza del poder de las palabras”, aludiendo al título del ciclo: “Trata como te gustaría ser tratado” y “Envejecer en casa”, dos máximas “en las que debemos trabajar todos”. Pérez aseguró que uno de los retos del Ayuntamiento ha sido trabajar para “poner todos los recursos necesario para que las personas mayores puedan permanecer en sus casas el mayor tiempo posible”. Sólo el 4 % de las personas que está en residencias quiere estar institucionalizado “y desde el Ayuntamiento de Madrid queremos ofrecer alternativas”. Una de las actuaciones más duras de las tomadas desde que ostenta este cargo en febrero de 2020, “fue el cierre de los Centros de Día, aunque fue un ejemplo por la actitud de los usuarios y la aceptación de las familias”. Pérez cree que de esa medida “todos salimos reforzados, aunque todavía nos estamos recuperando de esa situación porque todavía hay cierto miedo de volver al Centro de Día. Y quiero aprovechar para confirmar que es necesario normalizar la situación”.
El Ayuntamiento de Madrid tiene 100 Centros de Días, la red más amplia del país. “En total tenemos 4.700 plazas que atienden a unas 7.000 personas al año. La necesidad de estos centros es total. Su importancia se sustenta en la calidad, porque los servicios tienen que tener la mejor calidad, y en la calidez, “y lo veo cada vez que visito un centro, al margen de la atención social y sanitaria, lo que más llama la atención es la confianza, el calor entre los profesionales y los usuarios”.
El Director insistió en que es “necesario introducir en los centros las innovaciones tecnológicas, porque desde ellos trabajamos para acercar a los mayores a las redes sociales intentando romper la brecha digital y fomentar la comunicación”. Otro de los asuntos esenciales es “Modelo de Atención Centrado en la Persona“, que es el eje metodológico “incidiendo en las fortalezas de los usarios” y no en sus deficiencias. “Es importante que entre todos difundamos la utilidad y cómo se trabaja en estos Centros de Día, impulsando el servicio para que sea accesible a la mayoría de las personas”, apostilló.



Carmen García, responsable del Departamento de Asesoramiento Técnico del
La directora gerente del
Javier García, presidente de
Isabel Durán, directora de programas de 

Por su parte, el gerente del
En la inauguración también ha estado presente el director general de Coordinación Sociosanitaria de la Comunidad de Madrid, Francisco Javier Martínez Peromingo, que ha indicado que cuando se habla de maltrato hacia los mayores, “no solo nos referimos al maltrato que profiere su círculo más cercano, también hay que luchar contra el edadismo administrativo de los servicios de salud”.
En la mesa redonda, el jefe de Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, Pedro Gil Gregorio, ha definido los conceptos de maltrato, buen trato y humanización y concretado que “las personas mayores quieren que se les trate como a personas adultas, pero con afecto y con compresión y quieren que se les tenga en cuenta”. Es la base donde sustentar el buen trato. Y la humanización en el ámbito sanitario debe ir en esa línea. “No se puede tratar al paciente como objeto, como enfermedad o como síntoma, porque entonces dejamos de tratarlo como persona”. En su opinión, los hospitales tienen que adaptarse a las personas mayores, por eso “es preciso un proceso de humanización”, ha destacado.
La supervisora de la Unidad de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, Beatriz Solas Gómez, ha hecho hincapié en la importancia del trabajo en equipo y la coordinación entre profesionales, así como en la personalización de los cuidados tanto en el hospital como cuando se marchan a casa. Según esta experta, “el 95 % de los pacientes requieren continuidad de los cuidados”.
Según ha explicado la presidenta de la Comisión contra la Violencia del Clínico San Carlos, María Teresa Martín Acero, las comisiones contra la violencia están dirigidas a proteger a colectivos vulnerables. La Comisión contra la Violencia del San Carlos, que “es una de las más activas del Servicio Madrileño de Salud”, está formada por 16 profesionales del ámbito sanitario y social y “somos agentes de salud y humanización. Estamos en un lugar privilegiado para detectar y ayudar en casos de maltrato”, ha señalado.
Por último, el coordinador de Responsabilidad Social Corporativa adscrito al área de Humanización de la Asistencia Sanitaria en el Hospital, Juan Francisco Blázquez García, ha enumerado algunas iniciativas que lleva a cabo el Hospital Clínico San Carlos para dar respuesta a las necesidades sociales y asistenciales de las personas mayores en el ámbito hospitalario y que van desde el abordaje de la soledad no deseada, a través del voluntariado virtual y presencial, el servicio de biblioteca para pacientes y la atención religiosa y espiritual.






La presidenta de la Fundación Mayores de Hoy, Matilde Pelegrí, ha recordado que el edadismo, según la Organización Mundial de la Salud, hace referencia “a los estereotipos, los prejuicios y la discriminación contra las personas mayores”. Y ha argumentado que es necesario “crear una sociedad para todas las edades, porque la sociedad sigue sin ser consciente de la realidad de los mayores hoy”, de su papel y su relevancia a todos los niveles. Pelegrí aclaró que estas jornadas responden a “nuestro interés por promover una lucha efectiva contra el edadismo”, en línea con uno de los ejes del plan diseñado por la OMS dentro de la Década del envejecimiento saludable. “El objetivo de la campaña mundial para luchar contra la discriminación por motivos de edad, es cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y el envejecimiento para crear un mundo capaz de integrar a todas las edades”, recordó la presidenta de la Fundación. Quien señaló que un arma eficaz para hacerlo es la “comunicación, la información de calidad que se ajusta a la realidad de las personas mayores hoy”.
El responsable del Programa de Personas Mayores, con Discapacidad y Cuidadoras de Cruz Roja Española, Joaquín Pérez, insistió en ese punto, señalando que uno de los pilares en la lucha contra el edadismo es la comunicación. Hay que luchar contra los “estereotipos que se producen a través del lenguaje. El edadismo está muy marcado por el lenguaje, por cómo nos dirigimos a los mayores”. De ahí que, en base a una guía elaborada por la insititución sobre cómo dirigirse a los mayores, señaló que para utilizar el lenguaje como herramienta contra la discriminación, “hay que hablar en positivo, entiendo el envejecimiento como una oportunidad”. Un lenguaje en el que se debe utilizar el término “personas mayores” o “adultos mayores” que son más neutrales que “ancianos” o “seniors”. Pérez también recomienda que ese lenguaje sea inclusivo, que “elimine los pronombres posesivos, que muestre a los mayores en grupo, que les represente como personas activas”, y que utilice imágenes que muestre la cara de las personas mayores, no su espalda o una sola parte del cuerpo. “El lenguaje y las imágenes incorrectas pueden llevar a crear una imagen incorrecta de las personas mayores. De ahí la importancia de utilizar un lenguaje positivo, porque no somos pasivos, somos fundamentalmente personas activas”, concluyó.
El responsable del Área de Salud de la UDP, Víctor López, reconoció que el edadismo “se nutre de estereotipos negativos y prejuicios sobre las personas mayores. Se considera un mal social, cultural y con cierto arrastre histórico”, y como apuntó, se considera que la discriminación por edad se ha considerado compo tercera gran forma de discriminación en la sociedad (tras el racismo y el sexismo). 
La presidenta de la Fundación Mayores de Hoy, Matilde Pelegrí, recordó que más de 15 millones de españoles tienen más de 50 años, un grupo de personas que “están activas y reivindican su papel en la sociedad”. Un grupo muy activo formado por “personas que están un poco en el limbo del emprendimiento y de la formación continua”. De ahí que este programa sea tan necesario porque, como argumenta Pelegrí, “nos ha dado las pautas sobre cuáles son los puntos de encuentro y de desencuentro entre los jóvenes y los sénior a la hora de emprender”. Una vez que, con este programa, se ha llevado a cabo el análisis de ambas generaciones, concluye que “ambos entienden que ganan mucho estando juntos“.
Isidro de Pablo, catedrático del departamento de Organización de Empresas de la
La profesora del departamento de Organización de Empresas de la UAM, vinculada al proyecto europeo, Adriana Pérez Encinas, explicó cómo se ha llevado a cabo el análisis que ha concluido en cuáles son las diferencias y las complementariedades de los dos colectivos para abordar proyectos intergeneracionales. Aclaró que se han utilizado análisis de datos cuantitativos y cualitativos en los grupos focales, concluyendo que “jóvenes y sénior tienen preocupaciones comunes, que son las conexiones y las redes, los aspectos financieros, la creación de ideas, el apoyo, la pasión, las habilidades y la confianza”. Pérez señaló que, a pesar de existir diferencias significativas, “éstas deben interpretarse como complementariedades que pueden generar valor en la sociedad”.
Durante este encuentro, el CEO de
Para concluir la jornada, se dieron a conocer dos casos reales de emprendimiento intergeneracional. La emprendedora joven, Elvira Torres, fundadora de SS2 Digital, explicó cómo había sido el proceso en su caso, reconociendo que la primera dificultad que hubo que solventar fue “el propio mercado, el demostrar que la idea era innovadora en ese mercado ya establecido”. Y se mostró convencida de que “el talento no tiene edad” y que era necesaria la colaboración entre las diferentes edades. “Hay que centrarse en el talento, hay que valorar a las personas en su conjunto, por lo que saben hacer y por lo que pueden aprender a hacer”.
Similar concepto argumentó el emprendedor sénior, Javier Mengotti, fundador de Tossall y con una dilatada lista de empresas donde ha sido socio fundador de ellas. Mengotti, que ha puesto en marcha este proyecto con dos jóvenes (sus hijos en este caso), aseguró que “incorporar el talento a una empresa es incorporar personas”. Y cuando se habla de los sénior, considera que estamos ante personas con experiencia, con una solvencia imposible de comprar. “Los sénior somos la única aplicación del mercado que ya incorpora la experiencia”, concluyó.
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