El #BuenTratoMayores pasa por las aulas universitarias de los programas de mayores de las universidades en nuestro país. Así se ha confirmado durante la III Jornada del ciclo “Trata como te gustaría ser tratado”,que bajo el título “Grado en Autoestima”, se ha celebrado con gran éxito. Este ciclo está organizado por la Fundación Mayores de Hoy, con el apoyo de Fundación “la Caixa” y Comunidad de Madrid, y la colaboración de Caumas y Universidad Autónoma de Madrid.
La presidenta de la Fundación Mayores de Hoy, Matilde Pelegrí, ha abierto este encuentro explicando por qué la Fundación se ha embarcado es este ciclo de jornadas, y cuáles son los objetivos que persigue con esta iniciativa. Pelegrí explicó que este encuentro se ha centrado en dos temas muy concretos, en formación a lo largo de la vida y en emprendimiento intergeneracional. “Nos detendremos en un proyecto europeo en el que la Fundación tiene el honor de participar junto a la Universidad Autónoma de Madrid, enmarcado en Erasmus +, en el que participan otras entidades similares de Francia y de Suecia”. También explicó que los programas universitarios de mayores son “uno de los fenómenos sociológicos más significativos en el contexto del envejecimiento activo”, asunto que centraría la otra parte de esta Jornada.
El director General de Atención al Mayor y a la Dependencia de la Comunidad de Madrid, Juan José García Ferrer, encargado de la inauguración, ha querido insistir en una idea clara: “Como reza el título de esta jornada, Trata como te gustaría ser tratado, debe ser la guía a la hora de tomar decisiones, tanto para los poderes públicos como privados”. Con decisión aseguraba que no conocía a nadie que no quiera sentirse querido y útil. Para conseguirlo “primero hay que quererse a uno mismo y tener a alguien que te quiera. Y en este sentido, en la búsqueda de este objetivo, las personas mayores no son diferentes. Para sentirse útil no hay edad, no debe haber edad”. Abrir la universidad a los mayores para crecer en competencias, en conocimientos, es esencial para García Ferrer, que aseguró que la universidad pone en camino para alcanzar el éxito para socializar, para prevenir la soledad, para prevenir la dependencia, porque para todos en la vida es esencial tener rutinas, tener conocimientos, porque “el futuro es del que cree en el futuro y quiere tenerlo”.
El catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, Isidro de Pablo, antes de presentar el proyecto confirmó que “aprender es estar vivo, es necesario aprender, experimentar para sentirse vivo”.
Aclaró que el objetivo del proyecto “El emprendimiento intergeneracional: una vía para la realización personal, una perspectiva desde el proyecto europeo IVI, Erasmus +”, es desarrollar una metodología intergeneracional para mayores y jóvenes que pretenden crear un negocio, permitiendo acceder a habilidades empresariales de alta calidad, formando en competencias para beneficiarse de un intercambio intergeneracional, y dando acceso a una innovadora metodología de emparejamiento que permita la complementariedad entre competencias y proyectos de personas de diferentes generaciones. De Pablo aseguró que esta iniciativa busca “abordar el desafío del envejecimiento de la población en Europa, diseñar una metodología que funcione y proporcionar a las instituciones un medio con el que concienciar, formar y guiar a estar personas que quieren desarrollar estos proyectos de forma conjunta”. Entre las muchas ventajas de este emprendimiento intergeneracional, el catedrático señaló que permite abrir puentes de conexión entre los dos colectivos, “hacer que los proyectos tengan mayor posibilidad de éxito y desarrollar habilidades digitales de los aprendices (más en las personas de más edad), incentivar la inclusión social y económica de jóvenes y mayores, y finalmente, reducir la brecha generacional”.
Adriana Pérez, profesora de este departamento implicada en el proyecto, detalló cuáles son los factores que determinan a estos colectivos a la hora de emprender. Grupos que comparten preocupaciones como “los aspectos financieros y de financiación, la generación de ideas, el apoyo, la pasión, las habilidades y la confianza”. La profesora ha explicado que existen diferencias entre los dos grupos, y también similitudes, como las motivaciones que les llevan a pensar en emprender: “Las motivaciones son los valores familiares y la pasión, las ideas para compartir y la confianza”. En conclusión, Pérez cree que las diferencias que existen entre ambos colectivos “pueden considerarse como complementariedades, las preocupaciones pueden ser un buen punto de partida para la acción emprendedora”.
Principales beneficios de los programas universitarios para mayores, PUM
Estos programas se consolidan como una herramienta para fomentar el buen trato. Como afirmaba la vicepresidenta de Caumas, Elisa Nuez, los beneficios son muchos para los mayores. El primero es mantener el derecho de seguir estudiando a lo largo de la vida, además de romper con la soledad, de “prevenir la dependencia, porque las personas que vamos a la universidad dejamos de ser dependientes y luchamos contra la soledad no deseada que muchas personas mayores viven. Estos programas hacen mucho bien”. Nuez ha reflexionado sobre el título de la jornada, lema que considera “muy acertado porque estos programas nos dan autoestima, la refuerzan. Al integrarse en grupos diferentes, las personas socializan y encuentran su camino”.
El profesor de Historia del Arte del programa de mayores de la Universidad de Alcalá, José Manuel Ortega, asegura que “la universidad de mayores son una especie de círculo que te envuelve con una energía muy positiva. Mi filosofía es aprender juntos, me guio por lo que piden los alumnos y ellos me hacen aprender más, me aportan gran vitalidad, e incluso generamos y compartimos recuerdos en torno al arte”.
Juan José Martínez, alumno de este programa, contó que nunca antes había tenido contacto con la universidad, hasta que a los 57 años cuando lo prejubilaron, decidió hacer lo que más le gustaba, “con la condición que me autoimpuse: no más exámenes, solo disfrutar de aprender.” Y asegura que la universidad le ha dado “grandes profesores que han sabido trasmitir muy bien la asignatura y saben a qué tipo de alumnos se dirigen. Ese sentimiento me ha dado el conocer a otras personas con las que compartes gustos y experiencias“.
Francine Vouets, también alumna de este programa, reconoce que la universidad de mayores aporta todos los beneficios mencionados. “Cuando dejé de trabajar me planteé qué iba a hacer y llegué a la universidad para mayores, porque lo que quería era aprender sin obligaciones, y me aporta mucha satisfacción. Además, nos permite hacer nuevos amigos que a nuestra edad no es muy fácil, con las mismas necesidades, lo que no te deja sentirte sola. También es muy importante la rutina a la que te obligas”.
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